Por otro lado, introducirá el término Laciencia para destacar a qué punto el discurso actual transforma las ciencias en una totalidad, y nos invitará a interrogarnos acerca de nuestra posición respecto a la utilización de este significante-amo, que funciona como garantía universal contra lo real, destacando que, al igual que la relación sexual, Laciencia tampoco existe. Subrayará que dicha unidad con la que se engalana “resulta del imperialismo de la estadística”. La estadística es una herramienta al servicio del sentido y no de lo real, y el amo hace de ella un uso imperialista: “es ciencia lo que se cuenta”, “el número es lo verdadero”. No obstante, resaltará que las ciencias no tienen la unidad que caracteriza a esta Laciencia, puesto que la época actual está en lo múltiple: “las ciencias no se reducen a la metodología única de la estadística que promueve como una norma este nuevo discurso del amo”.
Por último, recordará con Miller que “la enseñanza de Lacan es realista en el sentido de lo real”. Y finalmente se preguntará entonces si, “en nuestra época, la del inconsciente real”, no deberíamos precisar y afirmar en qué el psicoanálisis es una ciencia.