Extracto de su conferencia durante el X Congreso de la AMP, donde señala cómo según Freud el lazo social se fundaba por el rasgo identificatorio al padre de la horda, y cómo Lacan va a proponer un nuevo régimen del lazo social a partir del fantasma y del goce. Distinguirá entonces dos modalidades del lazo social que se extraen de esta otra Massenpsychologie a partir del fantasma: la de las comunidades de goce, caracterizadas “por los modos de subjetivaciones eróticas que se socializan para constituir las formas contemporáneas de vivir la orientación sexual”, y la de las comunidades de consternación, movimientos donde “se trata sobre todo de ocupar un lugar subjetivo, el de un grito, el de una pura enunciación que remite al momento de la pérdida”. En ellas se constatan dos tiempos del fantasma: “Por un lado, el grito del sujeto. Por el otro, el surgimiento del objeto a”, momento de la encarnación del kakon. Destacará que en Lacan un cuerpo debe ser considerado en un sentido próximo al de Spinoza: “se trata tanto del cuerpo del sujeto como del cuerpo político”, subrayando que “las pasiones políticas nuevas surgen como acontecimiento de cuerpos políticos nuevos, y luego se transforman”. En esta línea, se referirá a algunos movimientos contemporáneos como Occupy Wall Street, Podemos, las manifestaciones brasileras en contra y a favor del impeachment, y la Nuit debout, movimientos que, sin pasar por la identificación a un rasgo común, funcionan en “el registro de un cuerpo político producido como existencia lógica y atravesado por las pasiones fantasmáticas”.
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Christiane Alberti - ¿Dónde están los hombres? Del fantasma a los tiempos del declive de la virilidad (25/4/2016)
domingo, julio 10, 2016
Christiane Alberti
Extracto de su ponencia durante el X Congreso de la AMP, donde destaca que “la virilidad es por excelencia del orden del fantasma” para ambos sexos, caracterizando al fantasma como “una máquina con la que virilizar a los seres hablantes machos o hembras”. Se trata entonces de “destituir al sujeto de su fantasma fálico”. Propone así una lectura de acuerdo a la cual hoy “el orden viril retrocede frente a la aspiración a la feminidad”. En este contexto, retoma el texto de JAM “Buenos días sabiduría” referido al artículo de Kojève, “El último mundo nuevo”, mundo que sería tal por estar “completa y definitivamente privado de hombres”. Allí, Kojève añade al declive del padre la crisis de lo viril. Alberti sugiere entonces leer nuestra época “pornográfica” como una respuesta a dicha desvirilización, cuyo correlato es la omniviralización de los semblantes por la que “todo se pone en funcionamiento como el órgano viril”. En esta línea, afirmará que “lo femenino le gana terreno al inconsciente macho, pero siempre sin fantasma femenino”. Finalmente, destacará que el fantasma no sigue las mutaciones de los discursos, persiste idéntico a sí mismo, fijo, inerte, y que es en la experiencia analítica donde se descubre que el goce “está implantado en una red aún más fundamental que el fantasma”: el sinthome. Se preguntará pues por el lugar y la función del falo en esta perspectiva, situándolo como “significante del goce más singular […] al cual corresponde verificar lo real”. A este respecto, “el psicoanalista se mantiene al margen […] a partir de la destitución de su virilidad”.
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