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Agnès Aflalo - Homo-sexualidad femenina y estrago (25/1/2002)

La autora retoma la distinción de Lacan respecto a situar a una mujer como síntoma para un hombre y a un hombre como estrago para una mujer, para preguntarse cómo definir el partenaire de una mujer homosexual. ¿Es un partenaire síntoma o un estrago? ¿Se lo debe ubicar a partir de la identificación o del régimen del goce?
Examinará esta problemática a partir de dos enunciados de la última enseñanza de Lacan, algunos elementos desarrollados por Miller que esclarecen estos conceptos, y casos de su clínica en los que intentará especificar las particularidades de la vida amorosa de dichas pacientes, a partir de la perspectiva inaugurada por Freud con su joven homosexual.Localizará, junto a Miller, que, en Aún, Lacan muestra que el goce es fundamentalmente autoerótico y el Otro no está allí sino a título de síntoma, en tanto lo que se va a buscar en él es el goce. De este modo, “la relación de pareja implica que el Otro se vuelve síntoma del parlêtre, es decir, un medio de goce” y “es por medio del amor que la apertura al Otro es posible”. Esto implica una nueva teoría del amor en la que “el amor está tejido de goce“ y su matema es S(Ⱥ), ya que “la demanda de amor es una búsqueda infinita de sustancia, sin límites”. Así, el estrago no es simétrico al síntoma puesto que implica que “falta el principio de límite del síntoma”. Aparece más bien como “el reverso del amor, es “goce del dicho amoroso”, “su cara de goce infinito”, y eso porque “la acentuación de la demanda de amor conduce al estrago”. De este modo, “la pérdida de amor equivale para una mujer a la castración”. Destaca que, en la mujer, la posición de ser amada se encuentra reforzada por estructura y el estrago es entonces una consecuencia de la sexuación femenina, es transestructural y uno de los nombres del goce femenino. Afirmará entonces que “las mujeres son el sexo débil respecto al estrago” y que éste se acentúa “por toda causa que refuerce la demanda de amor”. En este sentido, propone “considerar al estrago femenino como una enfermedad del amor”.  


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