Laurent va a subrayar que se trata de una angustia que colectiviza de un modo diferente al de una epidemia histérica: «la angustia está del lado del goce que se sitúa por fuera de las referencias al orden simbólico, es lo que produce desorden en lo simbólico, lo que no puede encontrar allí su lugar y su lazo. La subjetividad moderna se define por un régimen del sujeto como corte que solo tiene relación con un agujero.» De este modo, planteará que «la oposición entre el lazo social fundado en una identificación a un rasgo unario […] y el lazo social fundado en el fantasma como respuesta ante la angustia original, nos permite considerar de otro modo la manifestación del domingo.» Así, como respuesta a la angustia, se trata de escribir algo que marque un sitio, tal como aconteció en las plazas. «Es el sitio que deja abierto el agujero en lo simbólico que el sujeto intenta ocupar para recuperarse. Resta saber hacia dónde se dirige esta ‘marcha’.»